
La gestión del agua pluvial ha dejado de ser una medida complementaria: hoy es una necesidad urgente y una oportunidad estratégica para ciudades, industrias y desarrollos residenciales.
Un drenaje pluvial bien diseñado no solo previene inundaciones y daños por escorrentía, sino que convierte el agua de lluvia en un recurso útil, reduciendo el consumo de agua potable, recargando los acuíferos y fortaleciendo la resiliencia hídrica frente a eventos extremos.